Yoga y menstruación

cristina Otros autores, Salud natural, Yoga Leave a Comment

En la sociedad actual, se escuchan frecuentemente los beneficios de la práctica del yoga, tanto para el cuerpo como para el espíritu y la mente. Una vez que estamos familiarizados con esta disciplina, podemos profundamente percibir que existen aún mas beneficios de los que hemos escuchado.
Este es el caso del complejo y mágico cuerpo-proceso femenino y sus ciclos. Las mujeres que recuren a esta práctica esperando encontrar una sanación en materia menstrual, obtienen maravillosos resultados.
La práctica regular de esta disciplina evita y neutraliza la obstrucción muscular, propia de este proceso. La menstruación no debe afectar la práctica del yoga, ni esta, el periodo femenino si las posturas se realizan de manera correcta.
Así, como también es cierto que algunas posturas están contraindicadas durante las menstruación, sobre todo las posturas de inversión, ya que la mujer durante esos días experimenta un flujo de energía predominantemente descendente, e invertir el cuerpo va en contra de este flujo natural (Khalsa, A Woman’s Book of Yoga: Embracing Our Natural Life Cycles) pero a nivel medico no existen motivos para que las mujeres deban evitar algunas posturas durante el periodo, resalta Machelle M. Seibel, profesora clínica de ginecología y obstetricia en el centro médico de la Universidad de Massachusetts.
Independientemente de cual sea la preferencia de cada mujer, es una realidad que la practica del yoga ayuda a aliviar la tensión pélvica, por lo que el yoga puede resultar incluso beneficioso para acabar incluso con aquellos dolores provocados antes, durante y después del ciclo menstrual. La constancia de esta disciplina, nos permite establecer un balance entre la energía disponible en el cuerpo, el estado mental y el estado emocional, mejorando nuestra relación con la menstruación y con el cuerpo en general.
En mi experiencia personal, el padecimiento de dolores crónicos en el area ventral, solía ser usual durante los días del período o menstruación, haciendo de los dos primeros días del ciclo una experiencia tan incomoda, que era casi imposible incorporarme, lo que me dejaba en cama irremediablemente, a la vez por intentar llevar una vida natural sin fármacos (o cualquier tipo de analgésicos).
Pronto, por diversas razones inicié en la Práctica del yoga y descubrí numerosos beneficios a todo nivel. Entre estos, el que más me impresionó, fue la disminución del dolor abdominal significativamente durante estos días, con la frecuencia de las clases. Poco después de 7 meses, el dolor físico había desaparecido por completo sin la intervención de algún otro factor diferente al yoga.
Por otro lado, recordemos que la alimentación es un factor sumamente importante para que estos beneficios puedan ser percibidos es su mayoría. He sido vegetariana durante 11 años, pero solo cuando incluí germinados, algas y hojas verdes (espinacas, acelgas) dentro de gran parte de mi ingesta diaria, fue cuando sentí que estaba en mi mejor condición y la práctica se hizo mas fluida.
Es un hecho que practicar yoga o sumergirse en el yoga como terapia (yogaterapia), nos brinda la oportunidad de encontrarnos con nuestro ser interno y sanar, porque la sanación está dentro de cada ser, cuando sincronizamos espíritu, mente y cuerpo, experimentamos una vibración personal única.
Yo, puedo intentar explicar cada sensación, pero faltarían palabras, palabras que los hombres no saben mencionar porque son palabras del alma. Los invito a permitir a sus almas expresarse y sentir esa conexión.

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