Hoy me he dado un espacio al mediodía para ir a la playa, algunas personas estaban en el disfrute de sus vacaciones, otras ya volvimos hace unos meses.
Y ahora de vuelta, observo como en el ritmo de cada día se tiende a estar en disposición continúa de las tareas: trabajo, estudios, casa, familia… cumplir con lo que se supone pide la sociedad y “nosotras mismas”, en ocasiones desde la contracción y el estrés.
Así que cuerpo y mente se van sobrecargando y marcan el límite. Contracturas musculares, problemas digestivos, insomnio, ansiedad, cansancio y tantas otras más que seguro podemos identificar en nuestra experiencia o en los demás. Si prestamos atención, somos honestas con nosotras mismas y escuchamos el lenguaje de nuestro cuerpo, tenemos la respuesta a lo que en realidad nos está diciendo. Lo importante es querer / saber escucharlo, darle lo que nos pide, para que el proceso no vaya a más ni se cronifique. Se sabe que el estrés continuado en el tiempo, conduce a la fatiga y al agotamiento del sistema nervioso e inmunológico, con mayores consecuencias.
De la misma manera, cuando nos concedemos “tranquilidad” todo vuelve a su ritmo natural. En el descanso y el reposo las funciones vitales se van auto regulando, cada una a su ritmo y ahí también es interesante observarnos y ser conscientes de lo que va ocurriendo.
Pasamos de estar en “alerta “dispuestos a la acción, a la relajación, permitiendo a cada una de nuestras células recuperarse del tono de contracción, se regula el sueño favoreciendo en la noche la recarga de energía.
Favoreciendo las funciones de regeneración celular y eliminación, recargándose así nuestra energía vital.
Y…»que tu alimento sea tu medicina»
El cuerpo sabe «el combustible» que necesita para funcionar de la mejor manera. Así como a tu coche, no le pondrías gasoil cuando lo que necesita es gasolina, el cuerpo pide respeto por lo que se le da. La ritmicidad, combinaciones de los alimentos para favorecer el proceso digestivo, alimentos de calidad ecológica cada vez más de origen vegetal, cocinados con amor, sin exceso de frituras, aportando cereales integrales, legumbres, verduras verdes, dulzor natural con las dulces y de raíz como la calabaza, zanahoria, boniatos, coles (que sabiamente nos trae la naturaleza en otoño), frutos secos y algas. Dejando a un lado los azúcares refinados y sal en exceso.
Apostemos por seguir cuidándonos, cada uno desde su saber hacer, dándonos un espacio diario para alinear nuestra energía vital. La energía que nos impulsa a estar conectados con la vida, conectando con la” tranquilidad y buenos alimentos “.
Vive en el presente y recuerda que “la naturaleza es sabia”. Que tu formas parte de ella. Sol, aire, tierra, mar alimentación, descanso, yoga, meditación…. favorecen nuestro ansiado bienestar.
Desde Espai Món Sà te acompañamos, en el camino que tú puedes descubrir.
¡Ya sabes!…“CocinAmor en tu vida y en tu cocina”
Con amor.
Cristina